El PSOE quiere que los aviones abandonados en los aeropuertos españoles se cedan a escuelas y museos de aviación
El abandono de aviones en los aeropuertos españoles es un fenómeno que creció en los años más acentuados de la crisis económica. Según el último recuento oficial, de 2014, un centenar de aparatos ocupan espacio en las instalaciones de la red de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), siete de ellos en Canarias. El PSOE da continuidad en el Senado a una iniciativa del ex senador Domingo Fuentes Curbelo para que su destino primero sean las escuelas y museos de aviación en lugar de la chatarra.
La senadora por Tenerife, Olivia Delgado, considera que “la acumulación de aviones abandonados, así como motores y partes de fuselajes, es un problema para Aena que debe garantizar la seguridad en el tránsito por tierra, en los despegues y en los aterrizajes; nuestra propuesta es que dicho problema se convierta en un beneficio social a través de las escuelas de aviación, museos y otras organizaciones sin ánimo de lucro que deseen darles un uso docente o cultural”.
Para ello, y tal y como propuso en 2014 el entonces senador por Canarias Fuentes Curbelo, ha presentado una moción en el Senado para cambiar la Ley de Navegación Aérea que permita dar uso a los aviones y restos mecánicos abandonados.
Los últimos datos disponibles facilitados por Aena recogen 99 aparatos abandonados en 22 aeropuertos de su competencia, entre ellos Gran Canaria y Tenerife Norte.
Según dicha tabla de 2014, en el aeropuerto de Gran Canaria hay tres aviones abandonados (un Cessna Light Aircraft-Twin Piston Engines, un ATR-72 y un ATR-42) que acumulaban en ese momento una deuda con Aena de 165.000 euros.
En el caso del aeropuerto de Tenerife Norte serían cuatro aviones (dos Piper PA-34-200T, un Cessna FR-172-J y un Cessna 206) con una deuda de 48.000 euros.
La senadora socialista Olivia Delgado especifica que hasta el momento “estos aparatos se subastan por cantidades irrisorias, cuando no ocurre que esas subastas quedan desiertas y su final más probable es la chatarra o continuar deteriorándose en las instalaciones de Aena”.
Por ello, propone al Gobierno modificar la Ley de Navegación Aérea, de 1960, para que Aena pueda ceder los aviones que están abandonados en sus infraestructuras a entidades educativas, culturales o sin ánimo de lucro “que les puedan dar un uso constructivo a lo que ahora es un problema”.