La Canarias de la mayoría, el Gobierno de unos pocos
Nira Fierro, secretaria de Organización del PSOE Canarias y presidenta del Grupo Parlamentario Socialista
Un año más como cada 30 de mayo celebramos el Día de Canarias. Una fecha que conmemora la constitución de nuestro primer Parlamento autonómico en el año 1983 y que simboliza todo aquello que nos une como pueblo. Identidad, sentimiento y orgullo por una tierra singularmente única.
De la Canarias de ayer a la Canarias de mañana representados en la Canarias de hoy: ocho islas en el Atlántico con más de dos millones de habitantes en un mundo global y cada vez más tensionado por todo tipo de desafíos. Las islas afortunadas, tierra de volcanes, barrancos y alisios, destino vacacional de 18 millones de turistas en el último año, PIB al alza y región ultraperiferica de referencia de la Unión Europea.
Una Canarias de postal, idílica… si no fuera porque el día a día de la mayoría social que la habita es cosa muy distinta. Esa otra Canarias, la que está ahí fuera, a ras de calle y es tangible vivas donde vivas de las ocho islas, no resulta ni tan apetecible ni tan envidiable. Posiblemente al contrario: bajos salarios y precariedad laboral, servicios esenciales debilitados, vivienda inaccesible, infraestructuras saturadas, sistema asistencial en la picota. Y lo que es peor: un Gobierno de Canarias indiferente a todo ello. Sin soluciones, sin respuestas.
Hay hartazgo en la gente y por eso las manifestaciones que se han repetido en todas las islas, la última de ellas el pasado 18M. Unas protestas que por supuesto que nos interpelan a todas y todos los que tenemos representación institucional, pero más si cabe a quien realmente tiene la capacidad de cambiar el rumbo de los acontecimientos; el Ejecutivo responsable de las competencias que están siendo cuestionadas, el que dirigen y manejan en estos momentos los socios Coalición Canaria y Partido Popular.
Pronto se cumplirán dos años de la llegada de ambos al gobierno regional y ya va siendo hora de que quienes lo conforman se hagan cargo de sus responsabilidades. Porque la conclusión más suave de esta primera parte de la legislatura ha sido la de tiempo perdido. Y lo que necesita en estos momentos Canarias no es precisamente inmovilismo, sino acción. Valentía. Un paso al frente en la toma de decisiones. Construir presente para tener futuro, especialmente para nuestros jóvenes, esos justamente que tan escépticos se han vuelto con la utilidad de política.
No tiene ningún sentido que el Gobierno más caro de la historia de Canarias sea al mismo tiempo el más ineficiente. Que mire sólo por el interés de unos pocos, bajando impuestos a las rentas más altas, o que directamente se desentienda del principio de igualdad de oportunidades que garantizan las universidades públicas, ahogando a éstas mientras facilita la puesta en marcha de tres, cuatro y hasta cinco universidades privadas.
Nada de castigo divino. No nos podemos resignar a que, mires donde mires en esta comunidad autónoma, solo encuentres el resultado de una gestión manifiestamente mejorable. En sanidad: servicios de Urgencias en colapso y listas de espera infinitas. En educación: frenazo a la implantación de aulas de 0 a 3 años y frenazo también de la política de becas. En vivienda: sucesivos decretos y ninguna solución efectiva para el incremento de los precios del alquiler o un plan de vivienda vacía que sigue sin materializarse. En dependencia: suspenso en prestaciones concedidas y trampas con los datos oficiales. En empleo: huelga del sector de la hostelería y precariedad generalizada. Lo que ellos llaman gasto superfluo nosotros lo llamamos derechos.
El Día de Canarias bien merece una reflexión sobre dónde estamos y hacia dónde vamos con este gobierno incapaz al volante. Nada de resignarse, una Canarias mejor es posible. Así lo creemos y por ella trabajamos cada día las y los socialistas, el primer partido en representación de esta comunidad autónoma. Una Canarias más justa y solidaria con el que más lo necesita. Donde la redistribución de la riqueza sea un objetivo y no una quimera. Más cohesionada, más sostenible. Sin complejos, sin extremismos.
El espíritu del 30 de mayo, que nos llevó a alcanzar la autonomía, debe seguir vigente. Hagamos que la política valga la pena, no dejemos que sea cosa solo de unos pocos. El bienestar y la prosperidad de nuestra gente lo merece. Canarias lo vale. Orgullosos de lo que somos, no renunciemos nunca a bregar por lo que queremos ser. El futuro por escribir es tarea de todos.
¡Feliz Día de Canarias!
