Alonso reflexiona, pero con estructuras mentales antideportivas
Si partimos de una realidad a fecha de hoy aceptada por casi todos y casi todas, como que nuestra sociedad camina a dos velocidades por razón de género, es lógico concluir que al presidente del Cabildo de Tenerife le traiciona el subconsciente de una estructura mental involucionada cuando rechaza acoger el mundial de baloncesto femenino en la Isla.
El tuit que motiva este artículo, lanzado el 10 de julio de 2017 desde @carlosislaTF, dice: "Dato para la reflexión: acoger el mundial de Baloncesto femenino costaría a las administraciones canarias casi 6.500.000 €.
En esta sociedad machista, algunos de sus más aventajados discípulos han entendido la importancia que tiene impedir que las mujeres desarrollen sus talentos.
El deporte es una herramienta de libertad para las mujeres. Me explico: una mujer o niña que desarrolla sus capacidades físicas la hace más competente para superar cualquier situación vital. Además, el deporte aporta libertad de movimientos, estimula la salida del espacio doméstico y fomenta las relaciones sociales. En conclusión, empodera a las mujeres. ¿Cuánto dinero podemos dedicar a este objetivo? ¿Cuánto es razonable invertir para fomentar una mayor autonomía de las mujeres y que seamos más iguales y, por tanto, más libres?
En el Campeonato Europeo de Baloncesto Femenino 2017, la selección española ganó la medalla de oro (y otras dos del mismo metal en 2013 y en 1993).
En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, nueve de las 17 medallas ganadas por España fueron de mujeres: Mireia Belmonte (dos), Maialen Chourraut, Carolina Marín, Ruth Beitia, Eva Calvo, Lidia Valentín y las selecciones femeninas de gimnasia rítmica y baloncesto.
En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, 11 de las 17 medallas españolas fueron ganadas por deportistas y equipos femeninos. Etcétera.
Sin embargo, y a pesar de estos datos brillantes, las instituciones deportivas siguen discriminando a las mujeres; a las que lo practican y a todo su entorno (árbitras, técnicas, médicas, etcétera). El papel del deporte mediático invisibiliza a las mujeres y las estereotipa. Y no hablemos del acoso y el abuso sexual, manifestación de la Violencia de Género de la que apenas se habla.
Las mujeres, como el resto de la sociedad, necesitan modelos que les inspiren. Lo que no se ve, no existe; lo que no existe, no se hace. Es necesario visibilizar a las mujeres en el deporte porque es de justicia reconocer sus logros. Además, las deportistas de éxito servirán como modelos no nocivos a seguir por otras mujeres. Así serán más libres, mientras que los hombres que las vean las reconocerán como iguales.
Reflexionando sobre estos datos, como pide Carlos Alonso en su tuit, cabría pensar que acoger una cita deportiva mundial de una disciplina donde la selección de tu país es favorita sería una magnífica idea. Sin embargo, los cálculos económicos que hace (no los voy a poner en duda ni a calcular el coste de cualquier otro evento deportivo celebrado en la Isla) motivan, en su reflexión, su rechazo.
Frente a los costes económicos de acoger este mundial (insisto, sin cuestionar sus cálculos ni cómo ha llegado a esa cifra) cabe contraponer que el buen estratega o gestor sabe sacar de cada debilidad una oportunidad de progreso. Y no hay mayor progreso que una sociedad igualitaria. No es un gasto, es una inversión: Es una inversión en igualdad que según vaya alcanzando objetivos deberá ser tan rentable en lo económico como el deporte masculino. Eso sí, sin especulación ni leyes concursales ni deudas con Hacienda ni estafas. Carlos Alonso seguro que sabe bien de lo hablo después de que estallara el caso Sinpromi en el que se vio envuelto no sólo el Cabildo, sino un equipo deportivo masculino.
La reflexión que se tendría que hacer es: ¿Qué se puede hacer para que las mujeres se interesen por la práctica deportiva de competición? ¿Cómo se puede atraer la atención de la sociedad hacia el deporte practicado por mujeres? Si Carlos Alonso lo hiciera estaría actualizando una estructura mental involucionada, subconsciente, donde la mujer practica deporte como entretenimiento -casi sin sudar- mientras que el hombre bate marcas, supera retos y genera expectación.
A la vista de los datos olímpicos de las deportistas españolas y del palmarés de la selección de baloncesto femenino, cabe concluir que el tuit del presidente del Cabildo de Tenerife desaprovecha una oportunidad económica para la Isla porque está escrito preso de una estructura mental desfasada, pero latente, y muy antideportiva.