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Política

Intervención íntegra realizada en el Congreso de los Diputados por el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista Canario, Iñaki Lavandera, sobre la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias

13/12/2016
Intervención íntegra realizada en el Congreso de los Diputados por el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista Canario, Iñaki Lavandera, sobre la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias

Intervengo en nombre del Partido Socialista Canario-PSOE, un partido que ha defendido con firmeza y convicción la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias. Lo hicimos con ocasión del proyecto de modificación de 2006 y también en 2015, cuando el Parlamento de Canarias aprobó la iniciativa que hoy debatimos.

Ya en 2014, desde el Gobierno de Canarias, los socialistas impulsamos la reforma que luego mejoramos, completamos y perfeccionamos en el Parlamento. Nuestra visión de la reforma ha sido preservar la Comunidad Autónoma como la representación del pueblo canario, del interés general autonómico y la garantía de igualdad de derechos de todos los ciudadanos de las islas en el acceso a los servicios públicos.

Una vez más, estamos hoy aquí para defender la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias, una reforma que implica una ambiciosa actualización de nuestra norma constituyente para afrontar con garantías el futuro de nuestra tierra.

Diez años han transcurrido desde que Canarias comenzase el proceso de reforma de su Estatuto, diez años en los que hemos visto cómo otras comunidades han ido reformando los suyos: Baleares, Navarra, Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Aragón y Extremadura cuentan todas con estatutos de última generación, una legítima aspiración de Canarias.

Por tanto, lo primero que quiero pedir es que no se niegue a Canarias lo que ya se ha dado a otros territorios, y ello no por deseo de imitación alguna sino, como trataré de exponer, por la voluntad de fortalecer el desarrollo autonómico en Canarias y poner al día su ordenamiento.

Por estos diez años, quiero agradecer a todas las personas que han hecho posible que hoy, un día histórico para Canarias, propongamos este texto. Y quiero tener un especial recuerdo para mi antecesor, recientemente fallecido, quien defendiera en esta misma tribuna hace ya nueve años, en nombre de mi grupo político, la necesidad de reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias, Juan Carlos Alemán Santana. Un abrazo allí donde estés, compañero.

Esta década ha servido para traer aquí un texto que comprenda mejor nuestras singularidades, propias de un territorio alejado, fragmentado en islas, en la ultraperiferia de Europa y en el Atlántico Medio, un texto que entienda mejor nuestras aspiraciones y que contribuya a ser un activo para el conjunto de España y de Europa en el área geopolítica en la que se inserta nuestro archipiélago.

Este texto pretende, por encima de todo, mejorar la vida de la gente que vive en Canarias, al margen de la isla donde se resida.

Están, estamos, ante uno de los mayores retos de Canarias, y es la necesidad de contar con un Estatuto que responda mejor a nuestros problemas, que reconozca con mayor intensidad nuestras propias peculiaridades, que pretende mejorar el desarrollo de nuestro sistema constitucional y que corrige también las insuficiencias de nuestras instituciones autonómicas.

Por todo ello, y con el principal objetivo de alcanzar un mayor desarrollo económico y una mejor cohesión social en nuestras islas, reivindicamos ampliar nuestras competencias y proponemos un nuevo catálogo de derechos para nuestros ciudadanos y ciudadanas, con el fin de robustecer la protección social en nuestra Comunidad Autónoma, en los ámbitos de la salud, de la educación, de la igualdad, de la familia, en el acceso a la vivienda, en el ámbito laboral o en el derecho a una renta garantizada de ciudadanía, entre otros.

Proponemos un Estatuto más democrático, con las bases que posibiliten un sistema electoral en el que todas las sensibilidades políticas en Canarias puedan sentirse cómodas y que legitime en mayor medida la representación de la ciudadanía; que contribuya a superar uno de los grandes escollos históricos insulares: la cohesión política de las islas; que pueda poner en paralelo el proyecto autonómico con la base de representación en el Parlamento.

Apostamos por un Estatuto que incorpora al edificio constitucional de nuestro país el reconocimiento a nuestras singularidades, que no es otra cosa que el reconocimiento a nuestra realidad física como territorio, a nuestras barreras estructurales, a nuestra lejanía e insularidad y, por tanto, hablamos de un tratamiento justo por el conjunto del Estado. Un Estatuto que también amplía y mejora nuestra capacidad de autogobierno y que propone una nueva cobertura jurídica que refuerce nuestro histórico y singular régimen económico y fiscal.

No pedimos nada que no nos hayan otorgado ya las instituciones europeas, no pedimos nada que no sea respetuoso con nuestro ordenamiento jurídico, con la Constitución Española.

Un Estatuto que otorga nuevas herramientas al Gobierno de Canarias para ser más eficaz en su tarea, más competencias, la posibilidad de dictar decretos leyes o de disolver el Parlamento de Canarias y convocar nuevas elecciones.

Un Estatuto que prácticamente elimina el discutido aforamiento de los parlamentarios limitando sus efectos a aquellos supuestos derivados del ejercicio de su función como tales, es decir, a lo que voten en el Parlamento de Canarias; un Estatuto cuyas próximas modificaciones deberán someterse a la voluntad del pueblo canario que deberá refrendar en las urnas su texto fundamental.

En definitiva, es un texto con el que se identifiquen los canarios, en el que podrán encontrar la ilusión de un pueblo por mejorar su gobernanza, por reforzar sus instituciones, por acercar la toma de decisiones sobre elementos estratégicos para un archipiélago como el canario, cuya realidad insular condiciona el día a día de sus habitantes y su propia naturaleza. Podrán compartirlo en mayor o menor medida, pero estoy seguro acabarán comprendiendo que detrás de todas y cada una de nuestras aspiraciones políticas, hay una realidad de compromiso con todas y todos los que vivimos en Canarias y con lo que significa Canarias.

Termino con un ruego al entendimiento, una esperanza para el éxito en esta segunda oportunidad en la tramitación de la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias.

Volver a fracasar sería frustrante, por lo que no puedo hacer otra cosa que pedirles que den lo mejor de sí para acordar, para poner a Canarias por encima de las siglas, para no perder otra década. Ya hemos dedicado demasiado tiempo y esfuerzo; no debemos desaprovechar las opciones.

Algunos podrán ver la actual configuración de esta Cámara como una dificultad: permítanme que la contemplemos como una oportunidad para que otras fuerzas políticas que ahora tienen representación en el Parlamento de Canarias o en esta Cámara se sumen a la construcción de nuestra Autonomía. Un Congreso sin mayorías absolutas debe ser una oportunidad y no un obstáculo para el entendimiento, una oportunidad para la política del diálogo, una oportunidad para hacer grandes cosas por su país y ésta es una de ellas.

Muchas gracias.